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ELENA GARCÍA ARMADA

  • IGNACIO FERNÁNDEZ COLLADO
  • 4 may 2016
  • 3 Min. de lectura

IGNACIO FERNÁNDEZ COLLADO

IES MARIANO JOSÉ DE LARRA

3ºM

Tras casi dos décadas de trabajo en investigación robótica aplicada a la industria, Elena García Armada nacida en Valladolid en 1971, científica titular del Centro de Investigaciones Científicas (CSIC), orientó su carrera a mejorar las condiciones de vida de niñas y niños en silla de ruedas, y diseñó, hace dos años, el primer exoesqueleto pediátrico del mundo.

¿Qué es y para qué sirve un exoesqueleto biónico?

Es un robot, pero parece una especie de pantalón-peto mecánico que cubre hasta el torso. Pesa 9 kilos y tiene unos motores a la altura de las articulaciones que hacen que se muevan las piernas del usuario. Cuando alguien se pone estos ‘pantalones mecánicos’, hay una integración entre la persona y el robot. La persona decide qué quiere hacer (caminar, sentarse, levantarse) y el exoesqueleto lo interpreta y la hace moverse. Con él, personas sin movilidad en sus piernas a causa de un accidente o una enfermedad pueden caminar.

Lograr que efectivamente den un paso depende de modelos matemáticos. La robótica es mucha matemática. Esos modelos tratan de identificar cómo se mueve una persona sana para reproducir ese movimiento que previamente has estudiado y programado. Las formas de detectar la intención del usuario son múltiples.

El cerebro envía la información a los músculos, pero no llega, se queda por el camino. En esos casos hoy por hoy estamos utilizando un joystick. El exoesqueleto se mueve dirigido por la persona, realmente no interpreta su voluntad de movimiento, sino que el paciente le indica si se mueve hacia delante o hacia atrás, más rápido, más despacio… Pero se está investigando qué sucede con las señales que envía el cerebro y no llegan a su destino. Se están estudiando una serie de interfaces cerebrales para saber cómo podemos obtener esa información. De momento requiere mucho esfuerzo y entrenamiento previo del paciente, y solo se consiguen movimientos básicos como mover el ratón de un lado a otro de la pantalla de un ordenador.

Elena, se centra en la enfermedad de atrofia muscular espinal, ya que es una enfermedad rara, pero supone la primera causa de mortalidad infantil en los países desarrollados. No tiene cura conocida y es neuromuscular degenerativa. Estos niños son cognitivamente muy despiertos, más inteligentes que la media y por tanto conscientes de todo. Darles la oportunidad de cumplir años y llegar a introducirse en la sociedad, sería un gran logro.

EL LIBRO DE ELENA: Robots. “Al servicio del ser humano”

A través de sus páginas, García Armada, pretende acercar los robots a las personas, descifrando toda su complejidad a través de una analogía con el propio ser humano, y derribando algunos mitos alimentados por la ciencia ficción. La investigadora explica, con un lenguaje asequible, el funcionamiento de un robot, su capacidad –siempre limitada– de tomar decisiones, así como la contribución de la robótica de los servicios para la mejora de nuestra calidad de vida.

OPINIÓN PERSONAL

Me parece una mujer muy interesante, me gusta mucho ver cómo está introduciendo la robótica en nuestros días, quitando el miedo a la gente de que los robots son malos o nos pueden hacer daño cuando se está demostrando que nos pueden ayudar muchísimo y sobre todo a los niños. Ahora, lo que falta, es que lo subvencione la seguridad social y todos podamos usarlo si algún día lo necesitamos.


 
 
 

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